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*EL CUERPO FISICO-DENSO
*EL CUERPO ETERICO
La substancia que es la verdadera forma que conforma todos los cuerpos físicos en cada reino de la naturaleza. La Ciencia ha precedido al esoterismo en el reconocimiento de la energía como factor dominante en la expresión de la forma.
El
cuerpo etérico está compuesto principalmente de energía o energías
predominantes, a las cuales el hombre, el grupo, la nación o el mundo,
reaccionan durante un ciclo determinado o periodo mundial.
Proposiciones:
1.
No existe nada que no posea una forma sutil e intangible, aunque
sustancial de energía que controle, rija y condicione al cuerpo físico
externo: el cuerpo etérico
2.
Esta forma de energía está condicionada por la energía solar o
planetaria predominante, que de forma incesante la crea, cambia y
cualifica. Está sujeto a incesantes cambios.
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3. Está compuesto de líneas de fuerza entrelazadas y circulantes, emanando de uno o varios de los siete planos o zonas de conciencia de la vida planetaria.
4. Dichas líneas y
sistema entretejido de corrientes de fuerza se relacionan con siete
centros focales que se encuentran dentro del cuerpo etérico, cada uno
relacionado con cierto tipo de energía entrante, a cuyo impacto es
sensible y ante el cual se vuelve vibrante y receptivo, desarrollándose como un factor que controla la vida del hombre en el plano físico.
5.
El cuerpo físico se mantiene unido por las energías del cuerpo etérico,
y es la expresión de ellas, de dos tipos: a) las energías que forman el
vehículo etérico considerado como una totalidad y en relación con todas
las formas físicas; forma cualificada por la vida general y la
vitalidad del plano en el cual actúa al morador del cuerpo y en el que
enfoca su conciencia. b) energías especializadas que el individuo elige
para regir sus actividades cotidianas.
6. El c.e. tiene muchos centros de fuerza que responden a las múltiples energías de la vida planetaria. El c.e. debe considerarse como ínterpenetrando el cuerpo físico y extendiéndose más allá del mismo, rodeándolo como un aura. Se halla principalmente asociado al sistema nervioso al que nutre, energetiza y controla; la contraparte etérica del sistema nervioso existe en forma de millones de pequeñas corrientes de energía o nadis.
6. El c.e. tiene muchos centros de fuerza que responden a las múltiples energías de la vida planetaria. El c.e. debe considerarse como ínterpenetrando el cuerpo físico y extendiéndose más allá del mismo, rodeándolo como un aura. Se halla principalmente asociado al sistema nervioso al que nutre, energetiza y controla; la contraparte etérica del sistema nervioso existe en forma de millones de pequeñas corrientes de energía o nadis.
Los
nadis son los conductores de la cualidad de la energía , siendo la
energía misma, y llevan la cualidad de la energía proveniente de alguna
zona de conciencia en la que el morador del cuerpo esté enfocado, siendo
esta la única forma en que las energías pueden controlar el cuerpo
físico desde cualquier plano, no importa lo elevado que sea.
Según
sea el enfoque de la conciencia, el estado psíquico de percepción, la
potencia de la aspiración o del deseo y el grado de evolución o estado
espiritual, así será el tipo de energía transportado por los nadis, los
cuales pasan al sistema nervioso externo.
La
cualidad y tipo de energía que controla cualquier aspecto del sistema
nervioso estás condicionados por el centro situado en su zona inmediata.
En último análisis un centro es un agente distribuidor.
Los
centros existen únicamente en materia etérica en el aura, fuera del
cuerpo, relacionados estrechamente con el cuerpo físico por medio de la
red de nadis.
Los
centros han ido apareciendo como respuesta a energías de uno o varios
de los siete rayos. El impacto de estos rayos sobre el cuerpo etérico
sensibilizan a siete zonas de forma más aguda que al resto,
convirtiéndose en centros de respuesta y distribución. El efecto de los
centros sobre el cuerpo físico produce una condensación que da lugar a
las glándulas endocrinas.
Etapas históricas del desarrollo del cuerpo etérico:
1.
la energía etérica, fluyendo por los centros y creando las glándulas
tuvo un efecto gradual y bien definido sobre la corriente sanguínea, y
actuó exclusivamente de este modo durante mucho tiempo
2.
los centros comenzaron a aumentar su actividad ya emplear los nadis,
actuando sobre el sistema nervioso y a través de él, llevando a una
actividad consciente y planeada en el plano físico.
El fundamento de la no separatividad
1. Está compuesto de cuatro tipos de substancia especializada, en uno u otro de los niveles etéricos.
2.
Estas sustancias, actuando en un cuerpo etérico, crean una red de
canales tubulares que toman la forma general de la materia densa con la
que se asocian.
3. Estos tubos, de acuerdo al tipo de energía que conducen pasan a ciertas zonas del cuerpo a través de
a) los siete centros mayores
b) los 21 centros menores
c)los 49 puntos locales.
4. Todos los centros y puntos se conectan entre sí por medio de canales más gruesos, debido a que muchos canales menores se mezclan y fusionan al acercarse a un punto focal.
5. El conjunto de canales crea la correspondiente capa de nervios, similar a una malla o red intermediaria que relaciona el cuerpo etérico con el doble sistema nervioso (central y simpático), sistema subyacente en los nervios y mecanismo de respuesta e información entre mente y cerebro, o entre ambas y el alma. Este sistema de nadis es utilizado con plena conciencia por la Tríada. Existe una relación especial y por ahora inexplicable entre el sistema de nadis y el antakarana cuando está en proceso de creación.
6. En el triple cuerpo físico tenemos el cuerpo etérico, los nadis sustanciales, el cuerpo físico denso. 7. Todos los centros son responsables de la creación y conservación del sistema glandular endocrino, de forma adecuada o inadecuada. Los nadis son responsables de la precipitación del doble sistema nervioso. Esta es la clave de todo el problema de la creatividad.
8. El tipo de sustancia etérica de cualquier forma depende de dos factores:
4. Todos los centros y puntos se conectan entre sí por medio de canales más gruesos, debido a que muchos canales menores se mezclan y fusionan al acercarse a un punto focal.
5. El conjunto de canales crea la correspondiente capa de nervios, similar a una malla o red intermediaria que relaciona el cuerpo etérico con el doble sistema nervioso (central y simpático), sistema subyacente en los nervios y mecanismo de respuesta e información entre mente y cerebro, o entre ambas y el alma. Este sistema de nadis es utilizado con plena conciencia por la Tríada. Existe una relación especial y por ahora inexplicable entre el sistema de nadis y el antakarana cuando está en proceso de creación.
6. En el triple cuerpo físico tenemos el cuerpo etérico, los nadis sustanciales, el cuerpo físico denso. 7. Todos los centros son responsables de la creación y conservación del sistema glandular endocrino, de forma adecuada o inadecuada. Los nadis son responsables de la precipitación del doble sistema nervioso. Esta es la clave de todo el problema de la creatividad.
8. El tipo de sustancia etérica de cualquier forma depende de dos factores:
a) el reino implicado (mineral, 1; vegetal, 2; animal, 3; humano, 4);
b)
en el reino humano, está compuesto ahora de los cuatro tipos de
substancia etérica: cuando la humanidad esté espiritualmente
desarrollada, cada uno de estos cuatro planos responderán a los cuatro
niveles del plano físico cósmico - logoico, monádico, átmico y búdico.
9.
La sustancia de la que se componen los canales etéricos se compone de
prana planetario. A través de estos tubos pueden fluir todas o
cualquiera de las energías - emocional, mental, egoica, manásica, búdica
o átmica. Diversas energías fluyen a su través, fusionadas y
combinadas, pero encontrando sus propios puntos de enfoque en el cuerpo
etérico cuando entran directamente en el cuerpo físico denso.
El
prana puede definirse como la esencia de vida de cada plano en la zona
séptuple que denominamos plano físico cósmico; la vida del Logos
planetario animando a los siete planos.
Todo
lo que existe en el plano físico, astral y en los niveles de la mente
inferior, se considera perteneciente al mundo de la forma (incluyendo en
plano en que se encuentra el cuerpo causal).
Cada
uno de los éteres está destinado a ser canal o expresión de los cuatro
éteres cósmicos en el ser humano, cuando esté construido el antakarana
como canal directo de vida universal, intensidad monádica, propósito
divino y razón pura.
Hoy el cuerpo etérico responde a energía que provienen de:
1. El mundo físico (energía alimentadoras de impulsos animales)
2. El mundo astral, determinando deseos, emociones y aspiraciones que se expresarán y buscarán en el plano físico
3.
El plano mental inferior, desarrollando la propia voluntad, el egoísmo,
la separatividad y la dirección o tendencia en el plano físico.
4. El alma.
Centros planetarios y humanos
Las
emanaciones de los rayos proceden del nivel monádico de percepción o
segundo plano etérico cósmico (se podría afirmar que esta grandes
energías forman el vehículo etérico del Logos planetario). Los proceso
evolutivos constituyen procesos de eliminación de la substancia física
etérica, y su substitución con sustancia de los cuatro éteres cósmicos.
La
transferencia de los éteres superiores produce conflicto y crisis, que
afectan a la salud del cuerpo físico, que tienen lugar en cinco etapas
naturales o iniciaciones. El Cetro de Iniciación es utilizado para
estabilizar los éteres superiores dentro de la personalidad.
Los centros como lotos:
1. El Punto en el centro, índice de la vida monádica
2. Las energías que se relacionan con el loto egoico, condicionadas por el alma
3. La esfera de radiación, la influencia emanante del loto, condicionando a la personalidad
4. El triángulo de energía, condicionado por la Tríada espiritual
Los centros y la personalidad
Los
centros debajo del diafragma son controlados por lo cuatro éteres del
plano físico planetario; los centros arriba del diafragma están
controlados por los cuatro éteres cósmicos.
Durante
el proceso evolutivo, los centros inferiores son controlados por los
tres primeros éteres; en el punto de integración personal, las energías
del plano atómico etérico controlan, creando la posibilidad de que las
energías de los planos etérico cósmicos activen los centros arriba del
diafragma.
Los siete centros se componen de éteres físicos, pero en el discipulado se convierten en vehículos de los éteres cósmicos.
1.
El Punto en el Centro. Punto de vida por el cual la Mónada se ancla en
el plano físico, y principio vida de todos los vehículos transitorios,
conteniendo todas las potencialiades vibratorias. Personifica la
voluntad de ser, la cualidad de atracción magnética y la inteligencia
activa. Existen siete de estos puntos que expresan la naturaleza
séptuple de la conciencia; los siete subrayos del rayo monádico
dominante se expresan en la misma forma.
En
determinado momento, el cuerpo etérico individual está sumergido en la
luz que emana de estos siete puntos, y matizado por la luz de la joya de
la cabeza; entonces los centros se relacionan entre sí por una línea de
fuego viviente y cada uno se expresa en forma divina.
2.
Las energías relacionadas o pétalos del loto. Indican el estado de
conciencia del eterno uno, que en tiempo y espacio puede expresar. Solo
el punto en el centro tiene que ver con el aspecto vida; los pétalos se
refieren al aspecto conciencia.
Este
estado de conciencia se revela por el volumen, color y actividad de las
energías de los pétalos; su desarrollo está condicionado por los rayos
regente y por la edad del alma (el puto de enfoque en cualquier vida
particular). El foco natural puede ser definidamente contrarrestado por
la línea de pensamiento del hombre, y la energía puede ser dirigida a
uno de los centros arriba del diafragma y atrofiando el inferior.
Al
término el ciclo evolutivo, las energías en completo desarrollo son
utilizadas consciente-mente como aspectos esenciales del mecanismos de
contacto. Los centros son en realidad puntos focales mediante los cuales
la energía puede ser distribuida y dirigida hábilmente a fin de
producir el impacto necesario.
Ha
de prestarse atención al servicio prestado por los centros, y a enfocar
y emplear la energía para servir. El número de pétalos que forman un
centro indica el número de energías disponibles para el servicio.
3.
La esfera de radiación. Radio de influencia o efecto vibratorio de los
centros, que crean en realidad el aura del ser humano. El cuerpo etérico
manifiesta y condiciona el aura, demostrando lo que la personalidad es
emocional y mentalmente, y el grado de control que ejerce el alma.
La esfera de radiación es un poderoso instrumento para el servicio, y debería cultivarse el alcance y pureza de su contacto.
Los
centros se activan por el cultivo de ciertas virtud DE, son llevados
aromáticamente a la condición irradiante por medio de correcto vivir,
los pensamientos elevados y la actitud amorosa; estas virtudes son
poderosas y eficaces para llevar los centros a la deseada actividad
irradiante. cuando todos los centros son esferas de radiante actividad
externa, se interpenetran convir-tiéndose en un centro de luz viviente
unificado.
4.
El Triángulo Central de Energías. Los tres rayos que condicionan los
vehículos periódicos Existe una diferencia muy interesante: se aplica la
palabra materia a todas las formas de los tres mundos, incluidas las
formas mentales; sustancia es en realidad materia etérica cósmica.
Este
artículo se editó del texto original del Boletín trimestral de la
Escuela Huber de Astrología, de la sección de "Rincón esotérico", que
está a cargo de José Antonio Rodríguez de Las Palmas, especialista en
los contenidos de la Escuela Arcana. José Antonio ha recopilado y
sintetizado en diversos artículos temas que son de interés general para
los alumnos de la escuela. Básicamente son resúmenes de los libros de
Alice Bailey (Los 7 Rayos) y de Michael D. Robbins (The Tapestry of the
Gods).