La Metafísica Cuántica es la ciencia que considera la fuerza de gravedad, como una fuerza convergente de reflexión interna, y por lo tanto, como una manifestación primordial de Conciencia Cuántica.
Es obvio que al considerar la teoría del Big Bang se presuma una condensación previa de energía, que sólo es posible, ante la presencia de una fuerza convergente de reflexión interna.
La existencia de esta fuerza primordial condensando energía desde los niveles cuánticos más pequeños como son las partículas, nos indica que su presencia es universal.
En consecuencia, toda pretendida intervención antropomorfa, terrestre o extraterrestre en la configuración de esta fuerza creadora del Universo es ilegítima.
Dicha fuerza es inmanente a la energía, es decir que la energía es concientemente cuántica, y por lo tanto, antes de la aparición de la vida orgánica, el Universo era concientemente cuántico, y en consecuencia, vitalmente cuántico, por la sencilla razón que nos lleva a considerar, que toda forma de vida absorbe energía y la Conciencia Cuántica es una fuerza convergente de reflexión interna, que absorbe y al mismo tiempo condensa energía potencial gravitatoria.
Los núcleos atómicos tienen la capacidad de mantener energía capturada, merced a la intervención de esta fuerza prodigiosa, que hace posible la cohesión, atómica y la atracción gravitatoria equilibrada, entre estrellas y planetas.
EL SOL, inunda con sus rayos benefactores, todas las formas de vida, en forma permanente, pero hay formas de vida, enemigas de la VIDA, que deben ser eliminadas, porque millones de siglos, de penosa, y constante evolución hacia formas de vida más hermosas y perfectas, no pueden ser desconocidos y despreciados, por quienes no colaboran en la tarea creativa, sino que antes por el contrario, destruyen y aniquilan, el esfuerzo milenario de la VIDA evolutiva.
Es por ello, que el Derecho Natural Cuántico debe constituirse en el fundamento básico de la defensa de la VIDA COSMICA, contra los atentados irracionales que los homínidos criminales perpetran a diario frente a la dulce, bella y entristecida MADRE NATURALEZA.
La especie humana, no está exenta ella misma de ser incorporada al equilibrio implícito en la MADRE NATURALEZA. y para ello es absolutamente indispensable, incorporar a la reorganización de las relaciones humanas la Economía Sistémica con alcances Ecocéntricos, como complemento necesario del Derecho Natural Cuántico.
Así como el SOL, toda su VIDA entrega, a la Creación entera, así también el Guerrero Cósmico, por Amor a la VIDA y al CONOCIMIENTO debe entregar su vida entera.
EL ESPIRITU SOLAR
ORDEN SOLAR TEMPLARIA
Meditación Metafísica Cuántica
Artículo completo.-
En la literatura esotérica se nos dice que nuestro Logos Solar entonó la Palabra Sagrada para crear este sistema solar. La entonó en siete grandes alientos, en siete notas, y los siete planos en total entraron en la existencia.
Lo mismo ocurrió con la Mónada. Entonó la Palabra séptuple y empezó su encarnación, hasta que alcanzó al plano más denso. Esta fue la nota de la creación y la encarnación, el proceso de la expiración.
Cuando el hombre comience a transitar el sendero de la evolución consciente, volverá a su fuente, a la Mónada, y será El Mismo, y esto se cumplirá averiguando la nota real de la Mónada y aspirándola.
Esto se logrará mediante el uso de la Meditación Metafísica Cuántica para disipar los obstáculos e impedimentos; y segundo, para construir puentes y fundirse con la fuente, con el Yo, de modo que la Mónada regrese a su propio estado del ser con todas sus experiencias en el mundo manifiesto.
Al meditar de esta forma, el hombre trata de realizar dos cosas:
A) La construcción de ideas, al hacer descender a los niveles concretos del plano mental las ideas abstractas y las intuiciones. Esto es lo que se puede llamar meditación con siembra.
B) El alineamiento del ego y la creación de un vacío entre el cerebro físico y el ego, que da por resultado la afluencia divina, la consiguiente destrucción de las formas y la subsiguiente liberación. Esto se puede llamar: meditación sin siembra.
En determinado período de la evolución ambas se fusionan en una, se prescinde de la siembra, entonces se crea el vacío, no tanto entre los vehículos superior e inferior, sino entre ellos y el plano intuitivo o de armonía.
Por consiguiente, al Meditar en forma Metafísica Cuántica el hombre debe ser capaz de realizar el trabajo creador y el trabajo destructor, como lo hace el Logos.
Esto será un reflejo del proceso cósmico en el microcosmos.
Atraerá a su cuerpo materia más refinada y expulsará la más burda.
El estudiante de la Nueva Raza deberá usar la Meditación Metafísica Cuántica y encontrar gradualmente su fase real; entonces, a través del silencio interior, inundar la naturaleza inferior con la energía del Yo Soy y sublimarla hasta el más alto grado .
La Meditación Metafísica Cuántica nos conduce a la fusión del Alma con el espíritu.
Lo mismo ocurrió con la Mónada. Entonó la Palabra séptuple y empezó su encarnación, hasta que alcanzó al plano más denso. Esta fue la nota de la creación y la encarnación, el proceso de la expiración.
Cuando el hombre comience a transitar el sendero de la evolución consciente, volverá a su fuente, a la Mónada, y será El Mismo, y esto se cumplirá averiguando la nota real de la Mónada y aspirándola.
Esto se logrará mediante el uso de la Meditación Metafísica Cuántica para disipar los obstáculos e impedimentos; y segundo, para construir puentes y fundirse con la fuente, con el Yo, de modo que la Mónada regrese a su propio estado del ser con todas sus experiencias en el mundo manifiesto.
Al meditar de esta forma, el hombre trata de realizar dos cosas:
A) La construcción de ideas, al hacer descender a los niveles concretos del plano mental las ideas abstractas y las intuiciones. Esto es lo que se puede llamar meditación con siembra.
B) El alineamiento del ego y la creación de un vacío entre el cerebro físico y el ego, que da por resultado la afluencia divina, la consiguiente destrucción de las formas y la subsiguiente liberación. Esto se puede llamar: meditación sin siembra.
En determinado período de la evolución ambas se fusionan en una, se prescinde de la siembra, entonces se crea el vacío, no tanto entre los vehículos superior e inferior, sino entre ellos y el plano intuitivo o de armonía.
Por consiguiente, al Meditar en forma Metafísica Cuántica el hombre debe ser capaz de realizar el trabajo creador y el trabajo destructor, como lo hace el Logos.
Esto será un reflejo del proceso cósmico en el microcosmos.
Atraerá a su cuerpo materia más refinada y expulsará la más burda.
El estudiante de la Nueva Raza deberá usar la Meditación Metafísica Cuántica y encontrar gradualmente su fase real; entonces, a través del silencio interior, inundar la naturaleza inferior con la energía del Yo Soy y sublimarla hasta el más alto grado .
La Meditación Metafísica Cuántica nos conduce a la fusión del Alma con el espíritu.
Juan Orsini
Circulo Metafísico Argentino
FISICA CUANTICA
Con ella, la ciencia física ingreso sin proponérselo a este campo que tradicionalmente había sido terreno religioso llamado "mundo espiritual".
A través de un experimento realizado por científicos, con un acelerador de partículas atómicas se pudo comprobar que los electrones que giran en órbitas alrededor del núcleo de un átomo, solo se materializan cuando la conciencia humana los visualiza desde su vehículo tridimensional o cuerpo físico.
La física cuántica ha demostrado en sus intentos por comprender las leyes que rigen el mundo de las partículas subatómicas que el observador de la materia, es decir la conciencia humana, altera el mundo subatómico cuando este es observado por el hombre.
Esto nos ha llevado a muchísimas conclusiones científicas, morales y espirituales.
En otras palabras, la física cuántica ha demostrado que somos co-creadores del universo junto con Dios, que si vemos un árbol en vez de un cúmulo de moléculas en acción es porque la conciencia humana le concede a la manifestación física del árbol las características particulares que le permiten ser visible.
Y ahora sí, cuando recordamos ese antiguo Coan Zen que nos pregunta:
"Si un árbol cae en el bosque y no hay nadie presente, ¿este hace ruido?".
Desde el punto de vista de la ciencia física newtoniana la respuesta era si, por supuesto que hace ruido, por que los sonidos son ondas que se generan como resultado del choque de la materia con la materia, pero desde el punto de vista cuántico científico espiritual la respuesta es otra.
El árbol no hace ruido a menos que una conciencia lo configure de esta manera, en ausencia de una conciencia, las partículas que componen el árbol así como las partículas con las que choca simplemente reaccionan de maneras impredecibles y no generan sonidos por que las partículas subatómicas no son ni partículas ni ondas. Son ambas cosas al mismo tiempo.
A la luz de estos descubrimientos muchas cosas que tradicionalmente han sido clasificadas como espirituales toman un sentido científico.
La plegaria, la afirmación metafísica, la oración científica, la meditación y la visualización creativa son funciones elevadas de la conciencia humana, y estas funciones interactúan con la realidad de manera específica en el mundo cuántico que es la matriz del mundo material, ya que es aquí donde la energía se convierte en materia.
En el preciso instante en que pensamos "estoy contento", un mensajero químico traduce nuestras emociones, todas las células de nuestro cuerpo entienden nuestro deseo de felicidad y se suman a él.
El hecho de que podamos hablar instantáneamente con cincuenta mil billones de células en su propio lenguaje resulta tan inexplicable como el momento en que la naturaleza creó el primer fotón a partir del espacio vacío.
Las moléculas mensajeras son la expresión material más fina de la inteligencia que puede producir el cerebro.
La física cuántica nació del afán por explicar estas regiones de apariencia paradójica que se hallan en los bordes del espacio tiempo.
En la antigua Grecia el filósofo Demócrito fue el primero en proponer que el mundo material se compone de diminutas partículas invisibles que él bautizó como átomos, que quiere decir "no divisible".
Cuando Platón escuchó esta teoría planteó una objeción que pronostica, con escalofriante claridad, la física cuántica.
Según el argumento de Platón, si pensamos que un átomo es una cosa, entonces debe ocupar alguna cantidad de espacio y por tanto puede cortarse en dos, para ocupar un espacio aún menor.
Nada que pueda partirse en dos podrá ser el elemento más pequeño del mundo material.
Mediante este argumento impecable Platón demolió la posibilidad de que los ladrillos básicos de la naturaleza sean partículas sólidas, no sólo el átomo, sino el protón, el electrón y el quark.
Según Platón el mundo surge a partir de formas perfectas invisibles, similares a los cuerpos geométricos.
Nadie puede decir con certeza de qué está hecho un quark, pero, decididamente, no es un pedazo de materia sólida, sus elementos constitutivos pueden bien ser simples vibraciones con posibilidad de convertirse en materia y, en consecuencia, serán más pequeños que lo pequeño.
Para ser como el cuanto, el cuerpo no necesita lanzar sus moléculas a otra dimensión, basta que aprenda a re agruparlas bajo nuevos patrones químicos.
Son estos patrones los que saltan de la inexistencia a la existencia.
Como todas las células del cuerpo residen dentro del campo de la inteligencia, cada una de ellas se alinea con el cerebro, que representa el polo norte magnético.
Una célula es como una pequeña protuberancia en el campo, mientras que el cerebro es una gigantesca protuberancia.
Sin embargo, cuando la célula le "habla" al resto del cuerpo no resulta inferior al cerebro en cuanto a la calidad de lo que dice.
Al igual que éste, debe correlacionar su mensaje con otros miles de billones, tiene que participar en miles de intercambios químicos cada segundo y, lo que es más importante, su ADN es exactamente igual al de cualquier neurona.
En consecuencia, el más diminuto de los impulsos de la inteligencia es tan inteligente como el mayor de ellos.
Cada célula es un pequeño ser vivo, "sabe" todo lo que sabemos, a su manera.
El campo silencioso de la inteligencia es nuestra realidad fundamental.
Si tenemos actitudes positivas respecto de nosotros mismos, como parte de una terapia planeada, obtendremos, como ha quedado demostrado, sólo éxitos en el combate contra la enfermedad.
El sistema mente-cuerpo que está a punto de vencer un cáncer, debe saber que se está dando el proceso conveniente y que puede comenzar a generar al mismo tiempo más pensamientos positivos.
El mundo cuántico está constituido de posibilidades, no somos más que protuberancias en un campo infinito e invisible.
El mundo conocido de nuestros sentidos, de los átomos y las moléculas, no se interrumpe abruptamente, sino que hay una gradación imperceptible hacia una realidad diferente.
En algún punto incierto de esta gradación, una realidad de pronto se convierte en otra.
Dos cosas que parecen totalmente diferentes se pueden transformar la una en otra, a nivel más profundo de la naturaleza.
Los antiguos suponían que la realidad es diferente según los diferentes estados de conciencia.
El segundo aspecto que podemos conectar a la física cuántica con lo espiritual es la descripción de estas partículas subatómicas. Ellas son los ladrillos que conforman la realidad material.
Estos ladrillos están formados en su 99.999 por ciento de vacío y solamente en un 0.001 por ciento de algo que ni siquiera es sólido, pero al menos tiene propiedades medibles.
Entonces la realidad material que percibimos cambia radicalmente.
El universo conocido esta principalmente formado por infinitos cúmulos de nada, de vacíos lo cual ya había sido descrito por las tradiciones antiguas de pensamiento, incluso por la masonería que inicia sus rituales diarios con una orden "Silencio Hermanos Míos", dándonos a entender que lo primero que existe es el silencio, el vacío, la luz obscura del judaísmo, o el AUM budista que se dice fue lo que antecedió toda la creación.
La ciencia moderna pretende ser la nueva religión del mundo.
En la mente finita del hombre la evidencia derivada de la prueba y el error lo conduce al camino de una supuesta verdad que llama ciencia.
La ciencia humana no crea las cosas, simplemente las descubre y describe. Por ejemplo, la ciencia humana no invento la fotosíntesis, simplemente la descubrió y la describió.
La ciencia física y la espiritual parecen converger porque ambas son descripciones de una realidad que podemos llamar universo.
Pero la realidad que describe la ciencia física no es tal puesto que las bases de sus enunciados chocan fuertemente con lo finito, mutable y temporal del plano terrenal.
Por lo tanto sus leyes son erráticas y poco fiables.
La ciencia espiritual tiene sus bases en lo infinito, inmutable y atemporal, por lo tanto sus leyes describen el proceso de una creación sólida y real.
Hasta hace casi un siglo, la ciencia física tenía su terreno donde todo le era claro.
Se puede decir que el descubrimiento de este nivel de la realidad es la base que da a la ciencia espiritual una comprobación tangible desde la ciencia material.
Este es el mundo del alma y aunque las escuelas esotéricas promulgan la creencia en la generación y la inmortalidad del alma, la física cuántica nos lo demuestra y en eso radica su virtud.
Las características de los tres planos que componen nuestro universo y de los cuales dos ya han sido descubiertos y descritos por la ciencia física son:
Características del plano material o universo visible:
Los acontecimientos son definidos.
Los objetos tienen límites fijos.
La materia se sitúa sobre la energía.
El espacio es tridimensional y perceptible por los cinco sentidos humanos.
El tiempo fluye en una sola dirección.
Las acciones en el plano físico son finitas mutables y sujetas a extinción.
Todas las cosas tienen un principio, un desarrollo y un final.
Los organismos nacen se desarrollan y mueren.
Todo es fácilmente predecible.
Las Causas y sus efectos son estáticos.
Características del Universo cuántico:
Se manifiesta la creación.
Existe la energía.
Comienza el tiempo.
El espacio se encuentra en constante expansión desde su origen.
Los hechos son inciertos e impredecibles.
Ondas y partículas se alternan unas con otras.
Solo pueden medirse probabilidades.
Causa y efecto son fluidas, no se distinguen.
Nacimiento y muerte se suceden a la velocidad de la luz.
La información está inmersa en la energía.
Características del Universo espiritual:
Sin energía. Sin tiempo
El espacio es ilimitado y contiene un poder infinito de organización.
El todo existe en todo y manifiesta omnipotencia, omnisciencia, omnipresencia.
El silencio es infinito.
El dinamismo es infinito.
La correlación es infinita.
El potencial creativo es infinito.
Todo es inmutable.
Todo es eterno.
Todo es inconmensurable.
Todo es inmortal, y se encuentra más allá de la vida o la muerte.
Todo es infinito y no causal.
(Recibido de rahmaesamar.com)